Numerosos escritos, versos y poesías han sido inspirados fruto de las características especiales de una mujer que viaja y vive la vida al máximo. Cientos de personajes han sido revividos en la pantalla grande y en las obras literarias, dándonos una chispa de aquel destello que emanan estos seres que fruto de sus grandes vivencias, su insaciable sed de conocer, viajar y explorar, protagonizan una experiencia mágica e inigualable para todo aquel que tiene la dicha de cruzarse en sus caminos.

Esa descripción que brota de aquellas MUJERES, nos confirma que nos encontramos cara a cara ante un ser especial y es gracias a su haz de luz que se nota a gran distancia, el cual corroboramos al mirar su pintoresca piel bronceada, su mochila enganchada, un diario y algún mapa como única brújula.

Es imposible confundir a estas maravillosas mujeres. Elogian todo lo que está a su alrededor. Se maravillan ante cada minúsculo detalle, saborean profundamente cualquier tacto o caricia hacia ellas, sienten la brisa en su rostro y les provoca placer. Bailan en el medio de la calle como si nadie las viera, disfrutan de la comida y el vino como un orgasmo y muestran su sonrisa ante todo aquel que posa sus ojos en sus hermosas pupilas.

No estoy seguro si de una mujer así se vuelve o no, si la divinidad moverá sus cartas para que te cruces más de una vez con ellas, pero, lo que si estoy seguro y en esto soy implacable… Justo en el momento que ves brotar lágrimas en sus ojos producto de la gratitud y un profundo sentimiento al hacer el amor, entonces sí, en ese preciso instante eres eterno… Justo allí, ese momento se congela para siempre en tu mente, el tiempo se vuelve una ilusión y afirmas hacia lo más profundo de tu ser; puedes ir en paz, algo real te llevaras contigo a la tumba…

Páginas sueltas de una novela aun no publicada…

William Ramos